Ya nadie duda de la inestabilidad de los mercados. Y no me refiero a las consecuencias económicas de la crisis, como pueden ser la falta de crédito, la menor carga de trabajo, etc. Me refiero a los constantes cambios que el mercado experimenta debido a, entre otras razones, a la globalización de los servicios y a la irrupción constante de nuevas tecnologías, aplicaciones y/o canales de difusión o comunicación. Nuevos campos de batalla para todas las empresas, sin excepción, que deben estar en constante vigilia para no perderse y ser adelantadas por su competencia.
Todo esto nos obliga, como he apuntado en la línea anterior, a estar en continua vigilia con el objetivo de poder adaptarnos a tiempo a esos cambios, pero... ¿somos reacios al cambio? ¿o nos prestamos sin miedo a evolucionar y a hacer evolucionar nuestras compañías?.
Os dejo un interesante artículo de Santiago Pérez-Castillo en el cual expone, desde su punto de vista, 12 razones por las cuales nos resistimos a los cambios. Aplicable, creo, a cualquier sector incluido el nuestro.
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